¿Por qué es importante la educación pública?

Porqué debe primar la educación pública sobre la concertada. 

El derecho de las familias de elegir qué educación quieren para sus hijos debe, sin embargo, mantenerse. 

A día de hoy, a raíz de los resultados de las últimas elecciones del pasado 10 de noviembre, se palpa un ambiente de debate acerca del tipo de educación que debe haber en España, aludiendo a los fallos de uno y de otro. No es sino un punto de vista totalitario defender la idea de la supresión de escuelas concertadas, pero sí es cierto que cabe recalcar algunos puntos que deberían dar un paso hacia delante. 

Las altas ratios, la falta de subvención en algunos centros, el cambio incesante en las leyes educativas son aspectos que afectan en gran medida a la calidad de enseñanza de este país. Argumentos que normalmente se utilizan para increpar la ineficiencia del sistema educativo actual. Y en parte, sí, es cierto. Hay muchos alumnos por clase, a veces se requieren de grandes esfuerzos por parte de los maestros para ofrecer una calidad educativa competente con los recursos que se dan y lo partidos políticos que redirigen la educación a su antojo sin tener en cuenta la visión experta de los que realmente deberían encargarse de ello. Todo ello contribuye a que la concertada sea la opción más viable, sin embargo no es cuestión de mirar para otro lado y denegar una educación pública de calidad, sino ver qué falla y como solucionarlo. 

La educación pública de un país es el eje central de su visión de progreso a largo plazo, ésta asegura que los ciudadanos del futuro sean personas justas, competentes, curiosas y de que tengan una capacidad de innovación requerida en este mundo globalizado. Todo esto solo se consigue consiguiendo que la educación llegue a todos por igual, tanto si son de clase alta, media o baja. La educación no debe atender a diferencias raciales, de género o económicas. Es decir, dividir a la ciudadanía del mañana pues si ésta no se junta en el recreo, difícilmente se respetará por las calles en un futuro. 

Esto se vería reflejado en las escuelas concertadas de índole religiosa en España, las cuales son también financiadas por el gobierno y sin embargo establecen tarifas en forma de "donaciones" para escapar a las irregularidades legales que esto podría acarrear. Con dicha financiación no es extrañar que cuenten con recursos que no puede disfrutar la mayoría de los colegios públicos. Si bien esto supone un punto negativo para la igualdad en nuestro país, hay que respetar la decisión de las familias para escoger el tipo de educación que más se ajuste a la ideología de los padres, sin embargo la financiación debería ser, única y exclusivamente de las familias que deseen enviar a sus hijos e hijas a este tipo de centros. No debería ser cuestión de un estado laico, subvencionar entidades religiosas relacionadas con la religión. 

Este tema da para hablar largo y tendido, ¡pero esperamos que os haya gustado esta pequeña reflexión! Por supuesto, estamos abiertos a debate sobre cualquier cuestión.

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